¿Un whisky hecho con orina de la diabetes?

James Gilpin tiene diabetes tipo 1 desde que era muy joven. Este diseñador de origen inglés, que vive a caballo entre Londres y Barcelona, tiene un historial familiar de diabetes. Y eso fue lo que le inspiró a la hora de crear la loca idea que os contamos hoy.

Desde pequeño, James observaba que su abuela iba al baño muy a menudo, y debía tomar muchas medicinas. Así que pensó en qué pasaba con esa orina llena de azúcares y medicinas filtradas. Y leyó la historia (¿o leyenda?) de unos farmacéuticos que extraían medicinas de las orinas de un geriátrico. ¡Y no se le ocurrió nada mejor que destilar esa orina y hacer con ellas un whisky!

“Es plausible sugerir que comencemos a utilizar nuestros sistemas de purificación de agua para recolectar los recursos biológicos que nuestros ancianos ya procesan en abundancia”, dice James. Dicho y hecho, su abuela fue la primera en ver su orina destilada y convertida en una bebida espirituosa.

James purifica la orina, como se hace con el agua no tratada. Extrae de ella el azúcar y lo mezcla con la malta molida y agua caliente, iniciando el proceso de fermentación del whisky.

Una vez que el licor está listo, Gilpin retoca el color, olor y la viscosidad, y finalmente añade el nombre y la edad del donante de orina a la botella.

Pero tranquilos, que si sois de los que gustan de un poco de whisky de vez en cuando, no vais a beber un Gilpin Family Whisky por casualidad. Se trata más de un experimento para llamar la atención sobre las tecnologías biomédicas que podemos usar, y de visibilizar los problemas de la diabetes; James no tiene intención de comercializar este whisky.
Aunque sí que ha hecho alguna sesión para degustarlo, e incluso ha regalado alguna botella.