Tom Hanks, un éxito que vino de la mano de la diabetes

Otra persona con diabetes popular es el multipremiado actor Tom Hanks. Cuando lo anunció, fue extremadamente crudo: “Tengo diabetes porque fui un idiota”. Y es que hay dos factores clave en su vida que favorecieron la aparición de la diabetes. Veamos

A finales de los años 80, Tom Hanks era uno de los reyes de la comedia en Hollywood. Su carrera había comenzado junto a la década, con un pequeño papel en Sabe que estás sola, una de las películas de asesinos que surgieron a raíz del éxito de La noche de Halloween. Pero luego llegó la comedia romántico-fantástica ¡Splash!, con la que saltó a la fama.

Comenzó entonces una exitosa carrera en el cine cómico, con pequeños clásicos de los 80s como Esta casa es una ruina, No matarás… al vecino, Socios y sabuesos, Joe contra el Volcán, Ellas dan el golpe… Aunque la más destacada sin duda fue Big, una película que le valió su primera nominación al Oscar y un Globo de Oro al mejor actor.

Pero Tom no quería encasillarse en el género. Y, en busca de quitarse el cliché, protagonizó Philadelphia. En ella, interpretó a un enfermo de VIH a lo largo de toda su enfermedad, para lo que tuvo que cambiar físicamente su aspecto a medida que realizaba el rodaje. Su Oscar y un nuevo Globo de Oro premiaron su esfuerzo.

Tras Forrest Gump (nuevo Oscar y Globo de Oro, sólo un año después), Tom volvería a cambiar drásticamente su físico para rodar Naufrago, y hacer verosímil su paso por una isla desierta (ganando de paso su cuarto Globo de Oro).

Estos estados extremos de delgadez contrastaban con la visión habitual de Hanks, que en aquella época tenía unos kilos de más. Precisamente uno de los dos motivos que favoreció la aparición de la diabetes.  “Yo era un tipo pesado. Habéis visto mis películas y sabéis cómo estaba. Era un completo idiota" aseguraba Hanks en la entrevista televisiva en la que desveló su condición. El actor se arrepentía de “no haber controlado como es debido su dieta y su peso”, y lanzaba un mensaje a la sociedad: “soy parte de una generación de estadounidenses perezosa que ha seguido bailando ciegamente durante la fiesta y ahora está enferma”.

Claro que los cambios de peso forzados de los que hemos hablado no ayudaron. Para Naufrago, por ejemplo, subió primero 20 kilos de peso, con una dieta a base de carbohidratos y cero ejercicio. Luego, perdería esos 20 y otros 10 más para las escenas de la isla.

Para su papel de ex-jugador de beisbol alcohólico de Ellas dan el golpe también ganó 15 kilos.

Desde que supo de su enfermedad, Hanks declaró que no haría más papeles que le hagan cambiar de peso. Sin embargo, no es el mejor ejemplo, ya que declara sentirse incapaz de llevar una dieta sana: “En realidad, podría llegar a controlar la enfermedad y a vivir una vida normal si cambiara mi dieta. El doctor me explicó que si peso igual que cuando iba al instituto, no tendría que enfrentarme a ningún tipo de problema. Yo le respondí: 'Bueno, entonces tendré diabetes'”.

¡Muy mal Tom!