Priscilla nació en Boston en el año 1900. Pero a pesar de sus buenas notas, no pudo entrar en Harvard, ya que entonces su facultad de medicina no aceptaba mujeres. Estudió en la Universidad Médica de Tufts, donde se graduó como la tercera de su clase.
Mientras aún estaba estudiando, el Doctor Elliot Joslin, uno de los pioneros en el tratamiento de la diabetes en Estados Unidos, le pidió que se uniese a su equipo para probar una nueva medicación en personas con diabetes. Se trataba de los primeros tratamientos con insulina en Norteamérica. Así, en 1924 pasaba a formar parte del equipo de la clínica de Joslin, encargándose del cuidado de los niños con diabetes, y de las embarazadas.
En 1934 lanzaba su primera gran contribución al estudio de la diabetes, con el libro Diabetes en la infancia y la adolescencia. Sería poco después cuando comenzaría a centrarse en el estudio de la diabetes en el embarazo, comprobando la importancia de un buen control de la glucosa en el correcto desarrollo del bebé.
Así llega su mayor contribución: la Clasificación White de diabetes durante el embarazo. Ésta clasificaba a los pacientes según su nivel de riesgo, y modificaba su tratamiento de forma acorde. Los citados niveles de riesgo se determinaban mediante los años que se llevaba conviviendo con la enfermedad, la edad de debut, la presencia de problemas vasculares o renales...
Sirvió a innumerables médicos para predecir parcialmente las complicaciones del embarazo para la madre, y la probabilidad de supervivencia del feto. Una probabilidad que aumentó desde el 54% cuando White comenzó a trabajar en su clínica hasta el 93% cuando se jubiló en 1974. La clasificación aún se utiliza a día de hoy para diferenciar entre diabetes gestacional y diabetes existente antes del embarazo.
Toda una pionera, con una gran contribución al tratamiento de la enfermedad, que le sirvió para ser la primera mujer en lograr la Medalla Banting, la mayor distinción científica que ofrece la Asociación Americana de la Diabetes.