Diabetes y Navidad: ¿qué hay que tener en cuenta?

Se acercan las fechas navideñas. Unos días en los que abundan los encuentros familiares, las comidas con amigos y compañeros, la alegría, los regalos… ¡¡y los excesos!!

Por supuesto que todo el año debemos cuidar nuestra alimentación, pero a veces tendemos a relajarnos en ciertas ocasiones, y la Navidad con sus numerosas fechas señaladas tienden a romper nuestras rutinas.

Por eso, el primer consejo que os podemos dar es precisamente ese: intentar mantener la rutina. Seguro que vamos a romperla más de una vez, por eso es importante que la mantengamos siempre que dependa de nosotros, para minimizar el impacto de esos momentos en los que se nos puede escapar todo un poco. Seguid con vuestros controles glucémicos habituales, e incluso haced alguno extra si habéis comido más de la cuenta o coqueteado con el alcohol.

El segundo consejo también es muy sencillo: moderación. No necesitas consejo para manejar una comilona si no te vas a pasar de la raya comiendo. Pero como es temporada de tener delante tuya los mejores manjares de cada hogar, y es momento de disfrutar… seamos un poco flexibles. ¡Tampoco se trata de privarse de lo que nos hace felices!

Es importante calcular bien los hidratos de cada comida. Va a ser complicado ya que la comida con los compañeros será en un restaurante, la familiar en casa de tu cuñado… pero debemos intentar mantener un control. Evidentemente, si cocinamos en casa (ya sea porque organicemos la cena, o porque colaboremos llevando un plato a otra casa) podremos hacer números más exactos. No son situaciones diferentes a las que nos encontramos en otros momentos a lo largo del año, pero normalmente en estas fechas son muchos los que comen fuera de casa más a menudo (y en más cantidad) con varios encuentros condensados en apenas unos días, de ahí que hagamos hincapié en ello.

Si organizas la cena tú, una buena idea respecto a los entrantes es repartirlos en platos individuales. Así sabrás cuánto tienes en tu plato, y controlas lo que comes, en lugar de hacer memoria sobre cuántos snacks has comido. ¡Con una buena presentación, esta solución puede convertirse en un atractivo más de la cena! Es fácil dejarse engañar por este tipo de pequeños snacks, que a menudo son ricos en hidratos, grasas o calorías (¡o las tres cosas!). Si no organizas tú y están en una mesa común, no te pongas junto a ella. Así serás más consciente de lo que vas comiendo cada vez que te acerques a ella, y además evitas la tentación de llevarte algo a la boca por pura inercia.

Si hacemos la cena, ya sabes de sobra lo que puedes hacer, al fin y al cabo lo haces a diario. Pero por si alguien necesita ideas: relleno vegetal y saludable del pavo en lugar de uno con demasiada grasa e hidratos; patatas al horno con poco aceite en lugar de fritas; y recuerda que hay varias formas de hacer los postres con ingredientes más saludables que los tradicionales.

Si no te encargas tú de la cena, procura recortar el consumo de grasas, muy comunes en estas fechas. Por ejemplo, quítale la piel al pavo antes de comerlo, escogiendo además las partes más claras de la carne, y lo estarás convirtiendo en un plato mucho más saludable. Corta la parte más grasienta del bacon, sírvete más vegetales y menos carne, bebe agua para llenarte antes… incluso a veces es tan fácil como comer despacio, y aprovechar para charlar con la familia o los amigos, para sentirte lleno a tiempo, ¡ya sabes que la sensación de saciedad llega mucho después haber comido suficiente!

Volviendo al tema de las rutinas, mantenerse activo es importante para contrarrestar todas esas calorías de más, que son el principal problema de las comidas navideñas (tengas o no tengas diabetes). No dejes tus ejercicios diarios o semanales en estos días. Es más, es probable que algún paseo extra no te venga nada mal. ¡Buena excusa para ver los belenes que habrá repartidos por tu localidad!

Del alcohol no hace falta que os digamos mucho. Lo mejor es mantenerse lejos de los de alta graduación, de los que tienen más aporte graso como los licores, o de los dulces como cócteles de frutas y vinos rosados. La mejor opción (la mejor después de no probarlo, insistimos) es una o dos copas de vino -tinto o blanco- o cava.

Por último, ojo a los turrones sin azúcar y similares. Como siempre, hay que mirar la composición, ya que a veces se utiliza fructosa y la cantidad de azúcar es la misma (y a menudo encima con peor sabor que el tradicional).

Por último, disfruta. Como hemos dicho, no se trata de privarse, y es momento de ser un poco flexible y disfrutar con los tuyos. Si el azúcar se viene un poco arriba un par de veces durante las fiestas, no te mortifiques ni tampoco te preocupes más de la cuenta. Lo que sí es importante y debes procurar es que sea algo puntual, y no un estado recurrente durante toda la Navidad.

¡Felices Fiestas a todos!