A la Feria con diabetes (I): ¿Qué evitar?

¿Cómo no dejarse llevar y conocer una de las mayores fiestas de nuestro país? La Feria de Sevilla es la punta de lanza de una serie de celebraciones que podemos disfrutar los próximos meses, a la que seguirán la Feria de Jerez y otros muchos eventos similares en el sur de nuestro país.

Una buena oportunidad para vivir en una de esas “microciudades” con su propia personalidad que por unos días surgen dentro de la localidad que las alberga. Con sus propias manifestaciones culturales, sociales y gastronómicas.

¿Qué podemos tomar los diabéticos y qué debemos evitar a la hora de sumergirnos entre los volantes, los faralaes y las peinetas?

Lo primero con lo que debemos tener cuidado es con el alcohol. No se entiende una Feria sin una botella de manzanilla o una jarra de rebujito sobre la mesa. Pero ya sabemos que es algo que se debe tomar con precaución.

Si bebes, que sea con comida o cena para minimizar el efecto. Y mejor poco a poco, para no confundir los síntomas del alcohol con los de una hipoglucemia. En este sentido, el rebujito, por su menor graduación, es una opción más recomendable que la manzanilla que utiliza como ingrediente.

Ojo, porque las hipoglucemias por alcohol pueden producirse incluso muchas horas después de beber; así que, más tratándose de fiestas a las que puede que vayamos varios días seguidos, un control regular de nuestro azúcar en sangre es algo más que recomendable. Y por muy cansados y tarde que lleguemos a casa, toca evaluar niveles y consumir hidratos de carbono para prevenir una hipoglucemia durante el sueño.

En cuanto a los esfuerzos, el baile es otra actividad que contrae un riesgo. Especialmente en el caso de las mujeres, si soportan el peso a veces excesivo de los típicos trajes de flamenca.

Recuerda, las jornadas en feria son largas y conviene descansar regularmente entre sevillana y sevillana. Especialmente si hemos bebido.