Aún nos quedan unos meses de frío y cambios de temperatura, así que hoy os proponemos una receta calentita, sana y ligera para las últimas noches de invierno.
El calabacín es una verdura muy sana, con fibra, pocas calorías y rica en minerales y oligoelementos, que facilitan la digestión. Además, tienen acción diurética, lo que a su vez ayuda a mantener la tensión en los niveles recomendables.
Hoy vamos a hacer un puré con él. Para ello necesitaremos (para 4 personas):
- 400 gramos de calabacines.
- 200 gramos de patatas.
- 1 puerro.
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
- 1 zanahoria.
- Aceite de oliva.
- Sal.
Todo esto nos supondrá 1 ración de carbohidratos (unos 11-14 gramos) por persona.
Lo primero será cortar la cebolla en tiras y echarla a la sartén con el diente de ajo (previamente pelado, porque luego vamos a triturar todo) y un poco de aceite.
Mientras la cebolla se dora, pelamos el resto de verduras, y las cortamos en rodajas.
Una vez que veamos que la cebolla está lista, añadimos calabacines, patatas, puerro y zanahoria. Lo salteamos todo un poco, y luego cubrimos de agua, con un poco de sal. No os paséis con el agua, porque luego se va a triturar todo, y os puede quedar demasiado líquido. Siempre se puede escurrir un poco antes de ese paso, pero perderemos sabor y nutrientes que hayan ido al agua, es preferible añadir luego un poquito si queda demasiado espeso.
Lo dejamos a fuego lento. Tardará 30-40 minutos en estar tierno todo, según los ingredientes y el corte que les hayamos dado. Revisamos, y una vez que está todo tierno podemos retirar la cazuela del fuego. La dejamos enfriar un poco, y le pasamos la batidora (y el pasapuré si lo vemos necesario).
Éste es el momento de rectificar con la sal, si es necesario. Pero te damos un truco. Vuelve a calentar un poco el puré, y aprovecha para añadirle además de la sal (si la necesita) un par de cucharadas de aceite de oliva, para que tome sabor y aroma.
¡Y listo! Tómalo caliente, y prueba a añadirle taquitos de pan tostado si quieres darle ese juego de texturas al puré (¡con el consiguiente añadido de hidratos, eso sí!).